Si alguna vez has tenido la sensación de comer compulsivamente o no poder dejar de comer un alimento en concreto, ahora te explicamos el porqué.
El Glutamato monosódico o E-621 es un aditivo alimentario comúnmente utilizado en la industria alimentaria para potenciar el sabor de los alimentos, combinado con otros ingredientes aumenta la palatabilidad del alimento generando mayor apetito y haciendo que comamos mayores cantidades. Podemos encontrarlo principalmente en los alimentos enlatados, salsas, preparados cárnicos, sopas y comidas precocinadas en general.
Esta sustancia activa un conjunto de neuronas de nuestro cerebro aumentando su potencial de excitación, desestabilizando el control del apetito y haciendo que comamos compulsivamente, numerosos estudios demuestran sus efectos adictivos que lo relacionan directamente con la obesidad y la diabetes, pues produce un aumento en las ganas de comer de hasta un 40%. A largo plazo provoca daños en el sistema nervioso y se relaciona con enfermedades como el Alzheimer, el trastorno de déficit de atención (TDAH) e incluso el cáncer. Dependiendo de la persona se padece una mayor o menor sensibilidad al Glutamato que se manifiesta con dolor de cabeza, ardor en la boca, sudoración, vómitos, hinchazón facial y enrojecimiento.
Llegados a este punto nos preguntamos ¿si es tan dañino por qué se permite su uso alimentario? Pues porque resulta un gran aliado de la industria alimentaria, su potencial organoléptico mueve millones al año y por ello reconocer sus efectos nocivos oficialmente llevará un largo periodo de tiempo.
La mejor opción es reeducar nuestro paladar dejando de lado los alimentos procesados y recuperando el gusto por el sabor natural de los alimentos frescos, además siempre es importante revisar el etiquetado de los productos para asegurarte de que no contienen este componente.
Contacta con nuestra nutricionista para que te ayude a mantener una dieta sana y aprender a comer saludable disfrutando del proceso mientras consigues tus objetivos de forma permanente.